martes, 5 de noviembre de 2013

¿Dónde está el éxito de los cursos online?


La tecnología es una herramienta de transformación, que le ha permitido al hombre el desarrollo de habilidades y competencias a lo largo de la historia. 
Desde los primitivos elementos de caza que usaban las tribus nómadas, hasta la invención de Internet han supuesto una línea cronológica de sucesos trascendentales que al día de hoy siguen determinando el progreso y avance de las naciones a nivel mundial.
En el mundo contemporáneo se habla de las nuevas tecnologías, esas que han pasado a ser además de recursos, medios para la producción de conocimientos. En ese sentido, con el surgimiento de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, los seres humanos están llamados a saber aprovecharlas, para aprender mejor. Y esto no solo en los contextos académicos, sino también laborales y personales, ya que de acuerdo al entusiasmo, necesidad y aprovechamiento del aprendizaje es que los ciudadanos del hoy, serán llamados los 'profesionales del futuro'.
En ese sentido, el aprender a aprender, innovar, ser creativos, el desarrollo de pensamientos críticos y analíticos, se convierten en los pilares bases para adquirir las competencias digitales del siglo XXI. De ahí, que los jóvenes estén en plena libertad de exigirse a sí mismos disciplina, compromiso y la responsabilidad por ir más allá de lo que les ofrecen las carreras universitarias. Es decir, el papel de la academia debe replantearse en cuanto a la incorporación de programas afines a las tecnologías, que les faciliten la inclusión, apropiación y uso de las TIC al estudiantado. Pero los alumnos también están en la capacidad de redescubrir sus talentos, capacidades y mejorar sus habilidades, adaptándose a la era tecnológica, que además les brinda un abanico de posibilidades en cualquier área y profesión. La clave está en ser transformadores de conocimientos y al tiempo ser exigentes y competitivos.
En el documento, 'Hacia sociedades del conocimiento inclusivas', Irina Bokova (2010), sostiene que "las TIC pueden mejorar las oportunidades de aprendizaje, facilitar el intercambio de información científica e incrementar el acceso a contenido lingüística y culturalmente diverso". Y sí, las tecnologías de la información están para apoyar los procesos pedagógicos, complementar las metodologías académicas y servir como plataformas de autoformación.
Los Cursos Masivos Abiertos en Línea (MOOCS) son un nuevo concepto que han emergido gracias a la inclusión de las TIC en la educación superior. Acceso a Internet, disciplina e interés por adquirir nuevos conocimientos son los objetivos principales de cualquier curso en línea. El alumno busca especializarse en un área específica, sin embargo dada la concepción y el modelo que plantean estas comunidades, en algunos casos puede resultar en la deserción de los estudiantes.
En el artículo web, 'La función de los MOOC en la educación superior sigue siendo poco clara', el autor plantea que una de las trabas y mayores obstáculos en el éxito de la modalidad e-learning es que "la alta mediación tecnológica en el proceso de comunicación del alumno con los maestros, compañeros y la universidad, es otra barrera considerable en la generación de niveles altos de motivación y satisfacción".
Algunos expertos han debatido el objetivo y la estructura de los MOOCS de parte de las universidades que los han aplicado en sus plataformas en línea. Donde no se trata de la copia de contenidos y llevarlos al área digital, es decir trasladar el pénsum a los cursos online no hace ningún aporte extra en cuanto a calidad, innovación, creatividad, dinamismo y mucho menos si los docentes a cargo de las plataformas no cuentan con la preparación idónea que motive y guíe a sus educandos. Se trata de que las "facultades decidan ir más lejos de su presencia en el ambiente virtual y le apuesten seriamente a los nuevos leads digitales".
Si bien la tecnología ha dotado a la educación de nuevas prácticas tanto a docentes, como academia, alumnos y sociedad en general. Es importante destacar que esta resulta ser solo un medio y canal que sirve de apoyo a los proceso de enseñanza-aprendizaje. Son más dinámicos, flexibles, autónomos, pero también requieren de disciplina, compromiso, dedicación, interés, entusiasmo, iniciativa, proactividad, etc.
La capacitación en línea es una opción y también un método, y no es para todo el mundo. Muchos estudiantes optan por inscribirse en cursos online gratuitos, pero terminan desertando al cabo de unas semanas por falta de organización, distribución de tiempo, compromiso y constancia. De esta manera, no se trata solo de abrir y crear un curso online. También es importante que las instituciones comprendan que por ser un programa virtual no se trata de dejar solo al alumno en el proceso de formación.
Es cierto que estos operan bajo la modalidad de autoformación, pero tampoco se les deben dejar todas las cargas a los estudiantes. Por eso, los servicios de apoyos contribuyen a que la formación sea exitosa para ambas partes. El portal Web E-xcellence presentó una serie de aspectos generales que deben tenerse en cuenta al momento de implementar cursos online:
  • Los estudiantes deben contar con información clara y actualizada de los cursos, incluyendo métodos de aprendizaje y de evaluación.
  • Los estudiantes deben contar con las directrices que les indiquen sus derechos, roles, responsabilidades y deberes, así como de la institución. A su vez, información sobre la accesibilidad y participación en las actividades colaborativas.
  • Uso y apoyo de la comunicación a través de las redes sociales.
  • Los estudiantes deben contar con acceso a los recursos de aprendizaje como biblioteca en línea, que les permitan desarrollar habilidades de estudios y apoyarse en el tutor o consejero. En ese sentido, la institución debe hacer todo lo que esté a su alcance para diseñar un programa que cumpla con las necesidades de los estudiantes.
Las exigencias del mercado contemporáneo obligan a los profesionales a actualizar sus conocimientos y prácticas constantemente. Aunque los cursos y programas académicos online y presencial soportan la formación, el éxito de un joven emprendedor no está determinado por la cantidad de especializaciones, carreras, maestrías o doctorados que tenga en su hoja de vida, sino por lo que sabe hacer y cómo lo sabe hacer, es decir el saber hacer (Know to Know).

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